sábado, 31 de mayo de 2014

August Ames

En los últimos tiempos si hay unas tetas que hayan conseguido llamarnos la atención esas han sido sin duda las de August Ames.

A sus 19 años esta natural de Nueva Escocia (Canadá) se nos presenta como la poseedora de una delantera de esas que desafían la ley de la gravedad. Unas tetas de órdago que se han convertido en la sensación de la temporada en el Porn Valley y que no dudamos van a dar mucho que hablar.


Y se ve que no somos los únicos a los que ha llamado la atención, porque desde que debutase en el porno el pasado mes de noviembre, August Ames acumula la friolera de más de sesenta escenas en poco más de 6 meses de actividad.  

Su primera escena fue a lo grande, debutando para Wicked en la película "Selfies", aunque bueno, por entonces no era exactamente una novata, ya que había tenido algún coqueteo con vídeos de fetichismo en los que se dedicaba a lucir palmito y poco más mientras la cámara se centraba en sus pies y sus piernas.

Leyendo un poco sobre su vida descubrimos que los motivos que la llevaron a entrar en la industria no se puede decir que fueran muy profundos. Como ella misma declara, todo se debió al aburrimiento.


Antes de entrar en este negocio tenía dos trabajos a la vez con los que a duras penas sobrevivía. Por las mañanas en un salón de bronceado y por las noches en un bar, así pasaba sus días August Ames hasta que un día se le cruzó por la cabeza el probar suerte en los EE.UU. y sin pensárselo dos veces hizo su petate y lo dejó todo para lanzarse a la aventura del cine para adultos.

Una chica impulsiva. 

Como toda novata tuvo que pagar el peaje en sus primeros trabajos, en los que ella misma reconoce que no estuvo a la altura y se limitaba a ir aprendiendo el oficio a marchas forzadas, pero con un cuerpo como el suyo las oportunidades no le iban a faltar y poco a poco ha logrado apuntar unas maneras que nos hacen pensar que tiene un futuro muy prometedor en esta industria.

Asi que ya sabéis, si aún no la conocíais, aquí tenéis unas magníficas tetas de órdago a las que no debéis perder la pista, como buenos mamófilos lo agradeceréis.